Que le beau temps vienne après l'orage... |
En días como éste, traigo a mi memoria ese otro día, en ese otro país donde, en una habitación de hotel transformada en aula, cuando, pese a las diferencias culturales, religiosas e ideológicas, nos emocionamos y sentimos como propias las desgracias humanas del pasado.
Cuando se hizo ese minuto de silencio, largo, cargado de energía, de rabia, de pena, de fuerza, de lucha y de mil sentimientos más, todos igual de únicos e indefinibles.
En ese momento, durante un breve instante, creí firmemente que el mundo iría a mejor y comprendí por primera vez el significado de ser humano, un término que nos reúne a todos bajo una misma emoción.
Gracias por esa brisa de esperanza.