Abro los ojos y veo un mundo lleno de violencia, de odio, de rabia, de dolor. Noticias que citan números de muertos como si fueran sólo eso, un número. Una realidad muy gris con pinceladas de negro. ¿Qué hacer? ¿Cerrar de nuevo los ojos?
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Que le beau temps vienne après l'orage... |
En días como éste, traigo a mi memoria ese otro día, en ese otro país donde, en una habitación de hotel transformada en aula, cuando, pese a las diferencias culturales, religiosas e ideológicas, nos emocionamos y sentimos como propias las desgracias humanas del pasado.
Cuando se hizo ese minuto de silencio, largo, cargado de energía, de rabia, de pena, de fuerza, de lucha y de mil sentimientos más, todos igual de únicos e indefinibles.
En ese momento, durante un breve instante, creí firmemente que el mundo iría a mejor y comprendí por primera vez el significado de ser humano, un término que nos reúne a todos bajo una misma emoción.
Gracias por esa brisa de esperanza.