No sé cómo soy, tan sólo cómo voy siendo... |
Y sin embargo, llega siempre ese elemento accidental, que todo lo trastoca; ese imprevisto que rompe todos los esquemas. Y es que nos pasamos la vida en una sucesión de burdos intentos de frenar el devenir.
Cerramos puertas, armarios y cajones y, de repente, aparece un trozo de papel en un recóndito pero amigo escondrijo.
Y cuando lo despliegas cuidadosamente, abres mucho más que un simple papel, o un cajón. Mientras reconoces su contenido, se abre todo un armario lleno de polvo de sueños...
Supongo que también le tengo alergia a los recuerdos.
Sí, supongo que algunas veces los recuerdos producen alergia, quizás por miedo a no volver a revivir momentos como los que nuestra mente trae de vuelta. Quizás por repulsión. Quizás por mucho amor.
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